(Por Karla Catalan - Jovenes IBC)
Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la
caída la altivez de espíritu.
Proverbios 16:18
Antonio
Salieri, un ambicioso aunque mediocre, compositor del siglo XVIII, ofrece esta
oración, en la popular película sobre la vida de Wolfgang Amadeus Mozart Mozart:
“Señor, hazme
un gran compositor. Permítete celebrar tu gloria a través de la música, y que también yo sea celebrar tu gloria a través de la música, y que también yo sea
celebrando. Hazme famoso por todo el mundo, querido Dios; hazme inmortal. Que
después de mi muerte la gente me nombre para siempre con amor por lo que
escribí. En devolución te daré mi castidad, mi laboriosidad, mi profunda
humildad; mi vida”
Cuando se le
hizo obvio, al superficialmente piadoso Salieri que nunca sería tan dotado como
el pícaro Wolfgang Amadeus Mozart, se volvió insánamente celoso de Mozart, y
tramo un complot para destruirlo. También le dio la espalda Dios. Para Salieri,
Dios lo había traicionado. No le había respondido su oración. En una muy fuerte
escena de la película, toma el crucifijo de la pared de su cuarto y lo tira al
fuego.
No permitas que el ego y el orgullo, te impidan recibir el amor de Dios. No importa lo que
pueda haber planificado para tu vida, el plan de Dios es mucho más grande. Haz a un lado el egoísmo y la ambición cruel. Dios te dará, a cambio, una vida de
realización y paz.
Esto nos
lleva a entender, que muchas veces queremos tantas cosas y se las pedimos al Señor, pero al momento que el Señor nos bendice, nuestro EGO es más grande que nos vanagloriamos nosotros mismo. Aprendamos a honrar a Dios y no a nuestro
ego.
BENDICIONES
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